Teniendo en cuenta que en la audiencia anterior no concurrió ningún testigo y se suspendió, solo habría que destacar que en esa se hicieron 4 peticiones para que la Sala oficie al INPE y se traslade al Hospital a:

Laura Zambrano para que se le atienda por la degeneración de la vista por Glaucoma con riesgo de ceguera, ahí se denunció que por efecto del genocidio de 1986 quedó con discapacidad auditiva; Edmundo Cox, a quién no lo llevaron a la cita obtenida en INEN para que le den los resultados de la operación y el tratamiento de cáncer a la piel; y a Osmán Morote para que lo llevaron al Hospital Mogrovejo para pruebas neurológicas relacionadas con la pérdida de memoria. También por el Dr. Guzmán se pidió autoricen la visita de un endocrinólogo para descartar diabetes.

En esta audiencia, concurrió el testigo Chávez Peñaherrera (conocido como Vaticano), quien fue contundente en su respuesta de no haber dado nunca nada a los combatientes de Huallaga, ni ropa, ni alimentos, ni medicina, menos dinero; también dijo que nunca se había reunido con ninguno y que no conocía a nadie de esa zona; denunció que había sido injustamente condenado por colaboración al terrorismo.

Ante la ineficiencia como elemento probatorio de este otro testigo, la Fiscalía desesperada perdió los papeles, no preguntó más y la Procuraduría hizo un peor papel al no manejar las técnicas del interrogatorio. Siendo inservible para la Fiscal y el Procurador el conjunto de preguntas formuladas la defensa objetó el 99% del interrogatorio.

Este testigo que fue presentado por la Fiscalía para probar su imputación de narcotráfico no reconoció el contenido de su manifestación policial de 1994, hecha bajo tortura en los tiempos de los Tribunales militares y jueces sin rostro.

De este modo, en este juicio se va evidenciando que carecen de medios probatorios para fundamentar la infamia de sus imputaciones al PCP, probándose la farsa de juicio una vez más