Por un lado el ejecutivo no ha conseguido definir un plan económico. En esta situación el fujimorismo busca imponerse manteniendo un neoliberalismo a ultranza, insistiendo en un sistema primario exportador como hasta ahora. Hay crisis económica y no tienen plan de desarrollo sostenido, no hay pesca, ni textiles, ni nada. Y en lo político continúa la crisis que no se resolvió con la salida de PPK. Es notorio cómo el gobierno de Vizcarra es un gobierno débil y está gobernando coludido con el fujimorismo, lo que no implica que tengan pugnas. En ese propósito el fujimorismo está tomando el control de las diferentes instituciones del Estado, el Consejo Nacional de la Magistratura, el Tribunal Constitucional y ahora la Fiscalía de la Nación.

Estos dos factores hacen ver que hay una marcha incontenible hacia el autoritarismo, hacia una dictadura abierta más negadora de derechos. Y si es así ¿por qué no actúan las Fuerzas Armadas? Pues porque están descontentas.

Dentro de este telón de fondo se desenvuelve la farsa de nuevos juicios, como instrumentos políticos para la persecución, disfrazada de “prevención” en función de defender y asegurar la mantención del sistema capitalista explotador, quieren garantizar la seguridad de ese sistema encarcelando a comunistas, revolucionarios, pero esa política persecutoria y de encarcelamiento la están extendiendo al pueblo y a demócratas como se ve con el manejo del “terruqueo”.

Denunciamos que se están volando el estado de derecho y lo que se viene es una dictadura abierta.