• “¿Cicatrizará la herida dejada por Sendero y la guerra interna?
• Esta es una herida muy fresca y que está lejos de la cicatrización. Dos de los conversadores del libro han afrontado el tema con claridad: mantener como apestados a quienes estuvieron en Sendero y el MRTA –y tuvieron o no condena por eso–, es insostenible en una democracia. Que no se les dé trabajo, que no se les admita en política, que se les arrincone hasta que mueran… ¿Se les preferiría de regreso en la lucha armada? No solo es un asunto de humanidad, sino de cálculo político.”

Su posición es clara. Negarnos la participación política, impedirnos el trabajo, mantenernos por siempre en prisión, en síntesis, la persecución política, “es insostenible en una democracia”. Sin embargo, la ceguera histórica de las clases dominantes del Perú, lleva a negar la solución política a los problemas derivados de la guerra y a propiciar una política de odio y venganza contra los comunistas y revolucionarios.

Y ante otra pregunta, Luis Pásara responde:

• “Entonces, ¿qué debe pasar para que esa herida cicatrice?
• Tenemos que aceptar que son peruanos, como los demás, y que, cancelada la lucha armada que tanto daño hizo, tenemos que convivir con ellos. Pero de eso estamos lejos, en parte porque los políticos y medios de comunicación creen sacar provecho, una vez más, de la tarea de enfrentar a los peruanos, unos contra otros.”

Hemos insistido y lo seguiremos haciendo, en la necesidad de una auténtica reconciliación nacional que pase por una amnistía general para todas las partes en conflicto. Reiteramos una vez más nuestro derecho a la participación política, a la libertad una vez cumplida la pena, al trabajo, a la plena libertad de ideas y de opinión y rechazamos el odio y la venganza que promueven los sectores más retrógrados del país.

Las opiniones de Luis Pásara son prueba de que hay cada vez más demócratas que nos dan la razón.