CARTA DE UN PERUANO DE A PIE SOBRE LA ÚLTIMA APARICIÓN PÚBLICA DEL DOCTOR ABIMAEL GUZMÁN

  • lunes, marzo 06, 2017
  • By Farsa de Juicios
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Como un peruano de a pie, preocupado por la situación del país, me veo en la necesidad de expresar mis impresiones sobre la última aparición pública del doctor Abimael Guzmán, en el proceso judicial por los hechos de Tarata.

Lo primero que llamó poderosamente mi atención fue la actitud de los procesados, abogados y público asistente cuando ingresó el doctor Guzmán a la sala de juzgamiento: se pusieron inmediatamente de pie, con respeto y emoción. Emoción que me contagió e hizo vibrar mi alma. Además, debo reconocer, me sorprendió esta actitud porque demuestra que se mantiene vivo el respeto y reconocimiento a su persona, sobre todo en peruanos comunes y corrientes, después de tantos años en los que la prensa defensora del sistema capitalista no ha cesado de estigmatizarlo con los peores calificativos, mostrándolo como un monstruo.

En contraparte, se evidenció la incomodidad de los miembros del Tribunal con tal actitud, que la consideró como “perturbadora”, contraria al “orden” en la audiencia. Razón por la que, el juez Campos Barranzuela, director de debates, señaló después que, en aplicación de un artículo del Código de Procedimientos Penales, “el Colegiado tiene la potestad de expulsar a quien perturbe la audiencia e incluso detener 24 horas a quien amenace y agreda a las partes o jueces”. Es decir, con amenazas de desalojo y detención, quieren conjurar expresiones de respeto y solidaridad con el doctor Guzmán.

Por otra parte, me sorprendió ver a un hombre de 82 años, con 25 años de prisión en condiciones inhumanas, de aislamiento absoluto, sumamente lúcido y coherente en su exposición. Firme en su expresión y exigencia de atención a su salud, a todas vistas resquebrajada. Lo que demuestra convicción en sus ideales, un alma acerada con la que afronta el ensañamiento y odio del Estado, como un inmenso roble que cuanto más vientos soporta tiene la raíz más profunda y el tronco más grueso y alto. Alma que percibí desde la primera vez que lo vi en la televisión, en 1992. Pese a sus problemas de salud, lo vi sin ningún atisbo de pesimismo y firme al demandar atención médica de parte, por cuanto la que le “brinda” el Estado es formal. Realmente, me sentí orgulloso de haberlo visto, un hombre excepcional que tiene un lugar de primera fila en la historia de lucha por la emancipación del pueblo peruano.

Me indigna la acción del Estado: agravar los problemas de salud del doctor Guzmán y atentar contra su vida. Es una acción consciente, de odio y venganza. Para el Estado no hay, en este caso, respeto a los derechos de los adultos mayores, el trato especial que merecen por su edad. Lo que se ratifica en que el Tribunal dijo, primero, que no tenían nada que hacer sino el INPE; y, luego, que el INPE disponga que lo atienda un geriatra… Pero no el médico de parte, sino asignado por el INPE. ¡Siguen negando sus derechos fundamentales y atentando contra su vida!

Expreso mi rechazo a tanto odio y ensañamiento con el doctor Guzmán. Me sumo a la exigencia de respeto a sus derechos a la salud y a la vida. Pues, como su esposa y abogados denuncian, desde hace tres meses se encuentra delicado de salud, con un cuadro estomacal severo y deshidratación, sin diagnóstico ni tratamiento adecuado. Que el Estado cumpla con el elemental derecho que tiene el doctor Guzmán de ser tratado por un especialista de parte, porque los médicos del Estado no brindan atención adecuada. Estoy en contra de la política del Estado peruano de odio, venganza y persecución, contra la violación de los derechos fundamentales de los prisioneros políticos y estoy por la solución política de los problemas derivados de la guerra.

¡BASTA DE ENSAÑAMIENTO Y ODIO CONTRA EL DOCTOR ABIMAEL GUZMÁN!
¡RESPETO A SU VIDA Y SALUD!
¡TRASLADO INMEDIATO A UN HOSPITAL Y ATENCIÓN ESPECIALIZADA!

28 febrero 2016













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